En 2007 y con 40 años creía que era el mejor momento para afrontar nuevos enfoques profesionales, era momento de poder parar y reflexionar, completando mi formación.

En general, la habilidad que más me gusta destacar es la parte humana de las decisiones. Cualquier decisión tiene siempre repercusiones en el aspecto humano, hay que tenerlas en cuenta siempre y actuar y asumirlas en consecuencia.

Fue un momento de tremendo enriquecimiento por la experiencia acumulada del grupo de personas que formábamos el PDG, las diferentes visiones y enfoques que cada caso presentaba, desde cada una de las formaciones y experiencias de nosotros, todas eran válidas y para tener en cuenta. El equipo de docentes y las dinámicas de los casos eran espectaculares y mantuvo mi tensión y atención durante todo el curso. Es una enorme oportunidad poder adquirir esta experiencia en un momento ya de madurez profesional.

Cada uno de los programas del IESE tienen su momento y su razón vital para hacerlos. Hay que aprovechar las capacidades de networking que se brindan, pero especialmente es el momento de aportar con tu experiencia y enriquecerte con la experiencia de los demás, aprendiendo y mejorando la capacidad de análisis y toma de decisiones de los casos planteados. Es un verdadero lujo poder experimentar el crecimiento personal que se experimenta.